Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL


1377
Legislatura: 1889-1890 (Cortes de 1886 a 1890)
Sesión: 28 de enero de 1890
Cámara: Congreso de los diputados
Discurso / Réplica: Réplica al Sr. Cassola
Número y páginas del Diario de Sesiones: 80, 2254
Tema: Interpelación del Sr. Cassola sobre la solución de la crisis ministerial

Voy a prescindir, naturalmente, de la novísima teoría constitucional que aquí nos ha expuesto el Sr. Cassola. (El Sr. Cassola: Yo no he explicado la teoría; he explicado, por supuesto malamente, el hecho). El hecho con el que, si fuera cierto, todo estaría justificado; pero ese hecho, tal como S.S. lo ha relatado, es completamente inexacto. (El Sr. Cassola: No lo ha de creer así el país). ¡Vaya una autoridad que da S.S. al Poder legislativo y a todos los Poderes con esa explicación!

Pero, en fin, quédese S.S. con su opinión, pues no es éste momento oportuno de discutirla. Me he levantado únicamente para decir que todo eso de lo oficiales será verdad, pero que es debido a las circunstancias especiales conforme a las que han venido a ser los sargentos oficiales de la reserva gratuita. Su señoría sabe que esos oficiales eran sargentos (El Sr. Cassola: Pido la palabra), y que por la ley de sargentos solicitaban esos destinos y los obtenían, y que ya en posesión de ellos adquirieron derecho para pasar de oficiales a la reserva gratuita, resultando de aquí que se quedaban sin el destino y sin nada. ¿Y qué ha ocurrido? Que los sargentos pasaron a ser oficiales a la reserva gratuita, y que luego el Gobierno quiso dejar cesantes a los sargentos fundándose en aquella circunstancia; pero ellos reclamaron apoyándose en la ley de sargentos y diciendo que se quedaban, es verdad, sin ser sargentos, pero también sin sueldo alguno. Claro es que al ir a la reserva gratuita y al hacerse efectiva una medida ministerial, no se sabía qué empleo tenía cada uno de los sargentos. ¿Es que S.S. quiere que se les quiten sus destinos que tienen porque ellos, por lo visto, no los dejan? Al contrario; alguno a quien se le ha quitado porque se creyó que el que desempeñaba no le correspondía dadas las condiciones de la ley, ha reclamado ante el Tribunal Contencioso para que se le conserve.

De consiguiente, ¿qué quiere S.S.? Son oficiales que no tienen sueldo, que están en esa reserva para [2254] cuando se les llame, y al mismo tiempo quieren vivir honradamente y no tienen un destino tan bueno como fuera de desear. De eso, ¿qué culpa tiene el Gobierno? Absolutamente ninguna. ¿Se ganan honradamente su sustento de esa manera? Pues bien está; incluso el sepulturero, que no tiene otra manera de ganar honradamente su sustento, bien está. ¿O es que se ha excluido al sepulturero de las clases sociales?

De cualquier modo, acuérdese S.S. de lo que dijo Carlos III: que no había más oficio vil que el de vago. Por lo demás, el trabajo jamás ha manchado el uniforme, si es un trabajo honrado. [2255]



VOLVER AL MENÚ PRINCIPAL